Un nuevo día

Llegó un nuevo día, la mañana empieza a clarear, en el horizonte el sol ya se asoma.
Tengo el presentimiento que será un buen día,
pues tu sonrisa me hace compañía.
Estás prendada a mi y cada vez que en ti pienso se ilumina todo a mi alrededor, parece que mi universo te has vuelto. Y me alegra que así sea, porque contigo todo es mejor.

Tengo la energía para afrontar el día como venga, hay felicidad y me animo a veces a cantar.
No creas que te has vuelto una parte importante de mi día, no, ... tú te has vuelto mi día por completo.

Me levanto pensando en ti, desayuno acompañado de tu sonrisa. Mis labores comienzo y al viento le hablo de ti, de lo maravillosa que eres. Y cuando veo un mensaje tuyo todo el cariño siento, (lo sé, es mera ilusión), y me pongo muy contento, con saber de ti, si estás bien, si tienes salud, si tu día es perfecto. Pero si hay tristeza en tu día se apaga mi alegría, pues igual contigo sufro y me preocupo por lo que a ti suceda.

Podrás decir que estoy loco, pero aún a la distancia te siento cerca.
Aunque lejos estés, tu caricia puedo sentir, tu calor y también tu piel. Puedo sentir el afecto y también tu enojo, aunque no sea conmigo, se siente tu alma lastimada cuando algo te molesta o un mal día has tenido.

Una lágrima tuya de felicidad es como un diamante que quiero guardar y una lágrima de dolor es un cristal que se debe pulir con cariño, con amor, con paciencia y bondad, para poder alejar lo que esa lágrima de tristeza te hizo derramar.
Y esa lágrima también la he de guardar para que no olvide lo que te ha dolido.

Cuando la noche llega es la mejor parte, porque a mi lado duermes, sí, junto a mi te acurrucas y después de un abrazo y un beso caes en plácidos sueños y mis manos no sueltas y mi cuerpo cerca de ti sientes.
Así pasamos la noche uno al lado del otro, acompañándonos en sueños y deseando que esas noches sean eternas, pues en esa eternidad nunca de mis brazos te soltaras.



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