Sabía que tenías otro amor, un amor contra el que no podría competir. Sabía que tu corazón era suyo y que ustedes eran inseparables.
Siempre supe que de todas, todas las llevaba de perder, pues tu entrega y dedicación a ese amor abarcaban la mayor parte de tu tiempo y que en prioridades ese amor estaría siempre en primer lugar.
Pero el corazón no entiende de razones y poco a poco, al irte conociendo, entraste en el mío. Te fuiste abriendo paso con tu ternura, con tu pasión, tu fortaleza y dedicación para procurar a quien amas. Con tu entereza al darle su lugar a ese ser amado.
Te clavaste en mi mente no sólo por tu lealtad a tus ideales, también por tu firmeza e inquebrantable voluntad de luchar hasta el final por defender en lo que crees.
No tenía planeado enamorarme de ti, pero es inevitable enamorarse de alguien como tú.
Es inevitable mirarte y no sentirse atraído por tanta belleza.
Uno no se puede resistir a tan maravillosa sonrisa. Es imposible no caer rendido ante tu amabilidad al tratarme, ante cada palabra dulce tierna, amorosa que de tu boca sale.
Es imposible no sucumbir ante ese tono dulce de tu voz y ante cada detalle de tu actitud firme y delicada, fuerte y doblegable, de gran porte e increíble sencillez.
Se necesitaría estar ciego para, ante sublime figura, no voltear a verte, monumento de mujer, de la que seguramente la misma Venus de Milo estaría celosa.
Es imposible no enamorarse de tanta belleza en una sola mujer y yo caí rendido a tus pies sin importarme romper mi regla principal, -no enamorarme de una mujer que ya tuviera a quien amar-.
Pero es que tú eres un caso especial, porque ese amor aunque te corresponde y es recíproco y para toda la vida, bien lo puedes combinar con el mío. ¡Sí!, puedes tenernos a ambos amores. Y sobre todas las cosas, a ese amor tuyo yo lo voy a respetar e igual le daré su lugar y jamás entre ustedes interferire y esperaré mi turno para obtener un poco de tu atención.
Sí... así como lo oyes, entiendo perfectamente que ese amor a tus peluditos está primero que nada. Entiendo que ellos llegaron primero a tu vida y que siempre serán prioridad. Entiendo que ellos necesitan más cariño y cuidados por ser esos seres a quienes te has entregado en cuerpo y alma, a defenderlos de injusticias, a cubrir sus necesidades, a atender su salud física y mental.
Entiendo tu amor por ellos, pero entiendo también que en ese enorme corazón tuyo hay un pequeño pedacito en el que yo estoy empezando a escribir mi nombre, ¿o me equivoco?... espero que no. Espero no equivocarme porque tú en el mío ya lo has escrito con letras doradas y casi todo mi corazón te pertenece.
Eres una mujer increíble y por eso TE AMO
