Sus pétalos se abrían como queriendo cubrir todas las formas de vida que a su rededor existían.
Quería brindar refugio bajo su sombra a quien lo necesitara, pero era muy bajita y su sombra poco cubría; mas eso no la detuvo e intentó crecer lo mas que podía, su tallo se hizo largo y sus hojas mas grandes crecían; sus pétalos igual se agrandaban por el esfuerzo que cada día la flor hacía.
Mas todo su esfuerzo no era suficiente, aun su sombra era poca y ella seguía en su empeño de ayudar a quien la necesitara realmente.
De repente otra flor vio el esfuerzo que ella hacía y comenzó a hacer lo mismo pues también el ayudar le complacía, una flor mas se les unió y otra y otra, así de bellas flores el campo se cubrió, todas de colores diferentes, con matices multicolores llamando la atención de mucha gente.
Las personas empezaron a poner atención en ese campo de flore y notaron que había un sin fin de vida bajo la sombra de las flores que el campo cubrían. Las personas empezaron a cuidar las flores pues se vieron asombradas, que un ser tan pequeño pudiera albergar bajo ella tanta maravillosas formas de vida.
El esfuerzo de la flor rindió fruto y tal vez no con su pequeña sombra, pero si con su gran esfuerzo pudo lograr su sueño, el ayudar a todo el que la necesitara.
Mi bella flor es esa que ahora me lee, la que cada día se esfuerza por conseguir algo mejor para aquellos que ama, la que pone a los demás antes que a ella misma para conseguir su bienestar, la que sabe amar y cuidar de lo mas valioso que la vida le da.
Mi bella flor es ella, la que a mi me gusta llamar mi bella dama.
11 Febrero 2020 |